01. Viva Pastora (Soleares)
02. Loca por las calles (Fandangos)
03. Dios mandó el remedio (Seguiriyas)
04. Las campanas de las monjas (Bulerías por soleá)

Fernando Segovia Cortés (San Roque, 1985) es nueva rama de tronco viejo y se le nota hasta en el andar, porque se ha criado rodeado de la más alta gama de esta clase de género flamenco: el que consumen los grandes gourmets. Cuando grabé a su hermano José supe que eran unos enfermos del cante; unas almas hambrientas de modulaciones olímpicas, de giros melismáticos imposibles y de tercios de ensueño. Pero de estética y esencia auténticamente gitana; ahora que de entre los gitanos sobresalen los indios. Jóvenes y ansiosos por escuchar cosas viejas y ponerlas en su voz nueva. Aficionados de verdad, frente a los cientos de despistados que deambulan por las redes sociales influenciados por la más estúpida y nefasta venta de humo flamenco.

Pero es que de ese mismo tronco viejo brotaron Juan Segovia, Gabrieloto, Frasquito, Perico Montoya, Jarrito, Gabriel Cortés o la rama de más dulce savia: Canela de San Roque, el padre. De ahí que aquí no quepan ni imposturas ni falsificaciones ni gritos. Aquí hay autenticidad y elegancia. La que conmueve hasta a quienes no digieren lo jondo porque, más que cante, lo que ofrece Fernando Canela es música para exigentes y enfermos del mismo mal que ellos: la esquisitez. En ese sentido, la de José de Pura es una guitarra dotada de una sensibilidad perfecta para con estos intereses. Por eso es tan solicitado por todos. Como si de una nueva pizarra de Tomás Pavón se tratase, disfruten del primer plato de este "tomasiano" de primer orden.