Un delicioso testimonio del arraigo que una dedicación tan vieja como la caza tiene en el pueblo andaluz.
Hay quienes opinan -por ejemplo Bonald- que el flamenco está fosilizado, ya que las condiciones de opresión, pobreza y marginalidad que lo incubaron ha desaparecido. Pero la dedicación a la casa sigue siendo la misma. Y en ella se corresponden perfectamente el hecho vivo y su expresión flamenca. Aguayo cazador y viejo aficionado al flamenco, ha reunido una rica colección de letras, unas doscientas, de temas exclusivamente caceros.