01. Vendiendo flores
02. Ni contigo ni sin ti (Malagueña y fandangos)
03. Y yo digo que ni verte (Soleares)
04. Alcaicería (Fandangos)
05. La Chata (Bulerías)
06. Los Aljibes (Granaína)
07. El camino (Tangos)
08. Siguirilla (Seguiriyas)
09. Libres (Temporera)

Resulta que en algún momento, alguien decidió que el cante auténtico solo se daba desde La Puebla de Cazalla a Triana y del arrabal sevillano hasta Cádiz, resultando que la zona óptima englobaba esos puntos.  Discusiones geométricas aparte, y sin dejar de amar lo acontecido en la baja Andalucía, no tiene mucho sentido pensar que el resto de los andaluces eran sordomudos y, mientras el flamenco se cocinaba, los demás ni cantaban ni bailaban como medio de expresión. Tampoco podemos dejar de pensar que el territorio aporta carácter a sus gentes, y eso se muestra en la música como parte del ADN de la región.  Por eso este trabajo, de alguna manera, viene a proclamar que Granada también atesora cantes e identidad flamencas desde tiempo inmemorial, y ello nos sirve de hilo argumental para este disco.  

No cabe duda de que Enrique Morente fue quien más movió el cotarro flamenco en ese sentido, influenciando notablemente a las últimas generaciones de artistas. Esas influencias han tocado a nuestra cantaora en algunas formas expresivas, pero sobretodo en el concepto y la actitud frente al arte. Esa libertad, ese querer estar exenta de ligaduras que impidan acometer los tercios por un camino distinto al arco melódico que cabe esperar.  Por eso Alicia Morales interpreta el cante sin estar encorsetada. Se ubica en la antítesis de los cantaores de concursos porque que no repite los cantes de igual manera de una vez a otra, y porque necesita espacio para poder cambiarlos si su intuición se lo pide en el preciso momento en que el cante fluye.   

Y en esos términos ha confeccionado "La Novia de Cristal", una obra ambiciosa desde la tradición y meditada desde el primer minuto. Porque en cada uno de los nueve títulos de este álbum hay una historia de búsqueda e investigación hasta llegar a conformar la armadura sobre la que Alicia debía asentar el cante, para después llevarlo a sus dominios y crear.  La única casualidad que guarda este trabajo es el título: mientras buscábamos algo que resumiera este collage sobre Granada, alguien muy cercano que leía "Les Aventures du dernier Abencérage" (1826) del político y novelista francés Francois-René de Chateaubriand (1768-1848), sopló a Alicia esta frase definitiva al oído: "Granada es como la novia de cristal de nuestros suenos: todo el que la ve, tiene la ilusión de volver a visitarla". Un epílogo perfecto.

Miguel Ángel Jiménez