La historia arranca en Nueva York en 2012 cuando un periodista de una revista musical propone escribir un reportaje sobre José Domínguez Muñoz, más conocido como el Cabrero, un cantaor español al que define, ante la incredulidad de sus compañeros, como el Johnny Cash de Huelva. ¿Y quién es ese cabrero? Se preguntan ellos y nosotros. Y eso es lo que averiguaremos poco a poco a lo largo de este puñado de páginas, con pequeños viajes en el tiempo y la geografía que nos llevarán desde Nueva York a Sevilla, pasando por Córdoba o Lyon, a lo largo de más de 60 años. Una vez acabado nuestro viaje habremos conocido a ese cabrero, pero ni mucho menos con todo lujo de detalles, sino como hay que conocerle, como un rumor, como una silueta que se desdibuja en la lejanía del monte. Porque, como bien aclara el autor al final del libro en una entrañable nota, esto no es una biografía al uso, sino más bien una novela basada en un personaje enigmático y esquivo, un genio en la sombra, admirado como leyenda por los pocos que lo conocen.

Desde el punto de vista formal Eduardo Izquierdo demuestra una gran habilidad en el arte de la narración al introducir numerosos recursos narrativos con total naturalidad, así nos encontramos con que la novela está narrada desde diversos puntos de vista, por diversos personajes y con abundantes saltos temporales, transcurriendo todo ello con total naturalidad y de una manera sólida. El único punto negativo podría ser algún diálogo un poco forzado, pero esto es muy puntual.